martes, 22 de diciembre de 2009

El mal del tiempo o radiografía de un poeta periodista


Esta novela de René Rodríguez Soriano es la lucha entre periodismo y literatura, entre la participación popular y la apatía social.


Por Daniela Cruz Gil | © mediaIsla

No es que no sale, es que no me dejan escribir. Me ponen a asistir a actividades, me hacen tomar pies de fotos, me ponen a hacer entrevistas, me hacen escribir reportajes, y me pagan por eso cada quince días. Y este finde mi abuela enfermó bastante. Estuvimos todos ocupados en retrasarle la reunión con Dios. Y lo logramos. Hasta Él conspiró a favor. De hecho, le doy un sí para mañana antes del mediodía. (Ya es mañana, y es antes del mediodía y estoy escribiendo a ciegas esta melancolía prestada).

El mal del tiempo (Premio de Novela UCE, 2007), no es solo una novela que relata a modo de diario un gobierno déspota de los años setenta, tampoco se limita a los desvaríos de un ex seminarista estudiante de periodismo en la universidad estatal. No son los personajes pueblerinos, las coincidencias entre realidad y ficción. Esta novela de René Rodríguez Soriano es la lucha entre periodismo y literatura, entre la participación popular y la apatía social: el Falpo y el oblomovismo, la misma que hace a Javier (el protagonista) fumarse un cigarrillo que no pide pero tampoco rechaza.

No se sabe si es Javier el que nos cuenta o somos nosotros quienes vigilamos sus desvaríos, su San José del Puerto, los amigos, las mujeres, el trabajo, las lecturas, la radio y su música desgraciadamente acertada. Tal vez lo que nos conecta con este hombre es esa melancolía desbordada, sin vergüenzas ni falsas disculpas que no se molesta en ocultar. Javier no teme reconocerse vulnerable e impotente, admite su dejadez, no lucha por erradicarla, intenta, pero se queda en el intento, en la cómoda silla del comentario, del decir y sentirse conforme por haber dicho que las cosas están mal.

Ahora que intento escribir esta reseña, que quiero contar mis lecturas, mis visiones, mis propios males, un frío de oficina me congela los dedos. Teclear se hace complicado, las letras se me cruzan, se pegan: las palabras se cosen unas a otras como en cadena. Estoy perdida, no quiero escribir. El editor espera, mis ojos esperan, hasta yo espero escribirla. Pero creo que enlas páginas de este libro hay una franja contaminada con el virus del mal del tiempo. Y desde que abrí mi ejemplar me contagié.

En las noticias con sus títulos cotidianos, suspicaces y endiabladamente certeros que arman este diario noticioso de los setenta, ese desgano de vivir que reitero porque la misma novela lo reitera, el auriga podría ser el presidente morado de turno, los goyitos, orlandos y sagrarios son los intercambiantes de disparos de estos días, desaparece cualquiera (incluso Sobeyda, la de los millones incautados, pueda ser la que envía cartas desde Madrid).

Trato de hacer un esbozo coherente, desde el principio hasta el final, pero no puedo. Javier no ayuda, las cartas de Laura me confunden, los amores con Sofía, Lucía y demás me turban, esas declaraciones políticas coladas como pensamientos me conmueven, pero entonces recuerdo que el truco de la novela está en los epígrafes de cada uno de los trece cuadernos que componen la novela. Y el primero determina la estructura de la novela y esta reseña: a Javier y a mí nos ha quedado la costumbre (gracias al mal del tiempo que nos acontece) de invertir los hechos, de contar iniciando por el final y volviendo al principio o mezclando historias variadas. ( Antonio Tabucchi lo dice mejor en Piazza d'Italia).

El mal del tiempo no se cura con música, tampoco las buenas lecturas sirven de algo. Las cervezas cerca de la universidad disfrazan los síntomas. El mal del tiempo afecta mucho a los poetas, incluso me iré más lejos: es su principal característica. Los poetas no pueden vivir en horarios y rutinas, se aburren hoy con lo que adoraban ayer, añoran la soledad y buscan incansables la compañía. Los poetas se indignan con el atropello de una paloma en receso de vuelo, se enervan si la lluvia no acontece a tiempo en el atardecer.

Javier anda y desanda. Se vuelve social, se transforma. El joven desubicado trata de encajar en esa ciudad que lo consume, que lo hace sentirse extraño. Javier ama y extraña; Javier bebe y hace la noche; Javier escribe cartas, poemas y artículos de opinión; Javier estudia y se quema en los exámenes; Javier va al cine y se pasa el día escuchando música; Javier odia los domingos, porque le saben tristes; Javier sufre: Javier vive. Y las dos alas sobre las que soporta su existencia, las que lo hacen cercano a mí, las que lo vuelven común con mi propio desgano, son el periodismo y la literatura. Y el amor por Laura, el amor por su país, el amor por sus iguales, el amor por el amor aportan el viento por donde esas alas se elevan. Al menos en este caso no hay una sino muchas historias de amor y muchos amores de historia. Pero eso no importa, porque como dice la misma Laura desde Madrid un veinte de octubre "un buen amor siempre será un buen amor aunque no tenga historia".

La encrucijada de la literatura latinoamericana


¿Es el fin? El ensayista y editor venezolano Gustavo Guerrero considera que, en todo caso, ha muerto una cierta manera de entender esta literatura. "Está mutando hacia otras partes", dice desde París, donde también habla sobre los libros-desechos y de las posibles estrategias para sobrevivir en una fase de identidad postradicional.


Por Enrique Schmukler | © Clarin
Fuente: mediaIsla, Boletín 1156

Además de ser un crítico literario de prestigio –el año pasado obtuvo el premio Anagrama con el ensayo Historia de un encargo: "La catira", de Camilo José Cela– y profesor de literatura latinoamericana en la Universidad de Picardie Jules Verne, el venezolano Gustavo Guerrero cumple funciones como Consejero Editorial para Hispanoamérica en la editorial Gallimard. Allí forma parte también de la histórica Nouvelle Revue Française. Ubicado a espaldas del Museo de Orsay, el edificio donde Guerrero aceptó dialogar con Ñ es el mismo que Gastón Gallimard eligió para instalar su empresa a partir de 1930.

En junio de este año publicó un polémico artículo en Letras Libres titulado "La desbandada", pero fue el subtítulo de ese ensayo "(o por qué la literatura latinoamericana ya no existe)", el que generó un malentendido. No pocos leyeron que su autor anunciaba el certificado de defunción de la literatura latinoamericana. Al comenzar la entrevista desea dejar en claro este punto.
"En realidad –comienza– ese subtítulo lo añadió el editor de la revista. Yo no tengo una visión apocalíptica ni tampoco catastrófica de la literatura latinoamericana. No creo que esté desbandada en ninguna parte ni tampoco que la literatura latinoamericana haya muerto. Lo que ha muerto en todo caso es una cierta manera de entender esa literatura. Creo que la literatura latinoamericana se ha ido transformando, ha cambiado de piel y, en este contexto, han mutado sobre todo los presupuestos ideológicos con los cuales se utiliza esa denominación."

Esencialmente son dos los presupuestos ideológicos que, según Guerrero, ya no serían eficaces para dar cuenta globalmente de la "literatura latinoamericana". Se trata de los dos paradigmas principales que apuntalaron, hace 30 años, el nacimiento del "boom".

"Yo creo que los fundamentos principales que habían apuntalado el concepto de literatura latinoamericana en los años 60 eran dos: la meta-narrativa de la revolución cubana y la meta-narrativa del realismo mágico. Pues bien: estos dos fundamentos ya no son operacionales. Hoy en día la idea de una literatura latinoamericana está mutando hacia otros territorios. En los años 60, a la literatura latinoamericana se la observaba en el extranjero como una literatura básicamente vinculada al proceso revolucionario cubano, como una especie de vanguardia estética que era proyección de la vanguardia política de Cuba, o de la cultura del realismo mágico o aun del 'Barroco'. Ahora no es más así. Lo importante es observar esa mutación categorial. Eso es más importante para mí que andar anunciando la muerte o el fallecimiento de la literatura latinoamericana."

Existen varias razones por las que se vuelve muy difícil abordar la literatura latinoamericana como totalidad. En primer lugar, la superproducción de libros de autores del subcontinente ha derivado en una suerte de "balcanización" del panorama literario. "Hemos entrado en una cultura del exceso –dice Guerrero–, del crecimiento ilimitado, que ha tocado dos límites, uno de ellos es el ecológico, y el otro es el de la irracionalidad económica del mismo sistema. Hemos llegado a un momento en que los libreros a veces ni siquiera abren las cajas de libros que reciben porque no tienen lugar donde colocarlos en las librerías. Como en otros campos de la producción contemporánea, hay una sobreproducción editorial que produce libros-desechos, montones de desechos. Y por 'desechos' entiendo lo que Bauman: bienes que no han sido consumidos por nadie porque no han encontrado su público y cuyo único destinario es la industria del reciclaje".

La identidad perdida

Pero existe también un argumento cualitativo: la imposibilidad de trazar una carta actual de la "Literatura Latinoamericana" nace además de una relativización, por parte de los nuevos narradores, de la cuestión de una supuesta identidad común latinoamericana.

Para el ensayista "estamos entrando en una fase de identidades postradicionales, en donde el asunto identitario no es tan central, entre otras cosas, porque se ha debilitado la relación entre literatura y nación. Desde ese punto de vista, no creo que lo "latinoamericano" (así con comillas) haya desaparecido en realidad como tema, sino que ha mutado hacia otros lugares más discretos o excéntricos. Es decir, se lo concibe de una manera mucho más individual, fuera de un relato colectivo. Creo que la descripción de los problemas, situaciones de vida, conflictos, mitos e historia contemporáneos de los distintos países de América Latina, sigue siendo uno de los temas de la literatura latinoamericana, pero ya no se la concibe colectivamente como una preocupación vinculante y exclusiva. Además, la literatura latinoamericana no se piensa a sí misma en tanto búsqueda de una supuesta esencia común latinoamericana. Esa es, precisamente, la gran diferencia".

En este sentido, Guerrero sostiene que las imágenes de autor que reflejan los nuevos escritores tampoco se corresponden (por no decir que son antagónicas) con la iconografía patriarcal, que mostraban los escritores del "boom".

"La diferencia está otra vez en la ausencia o presencia de un relato latinoamericanista. Yo creo que un hombre como Cortázar, al menos al final de su vida, sí se sentía como un embajador de América Latina en Europa. Como también creo que Carlos Fuentes encarnó una cierta idea de México; o García Márquez, con su forma de ser dicharachera y un poco descosida, encarnó un cierto cliché caribeñista de la costa colombiana. Ellos, cada uno a su manera, quisieron ser portavoces de su propia cultura, de su continente o de su propio país. Aquí hay una diferencia: esto es algo que creo ya no les preocupa a los nuevos escritores. No pienso que Mario Bellatin se sienta ni embajador ni representante de ningún país o continente, tampoco creo que a Alvaro Enrigue, o a Rodrigo Rey Rosa les importen mucho estos asuntos".

Cuando aún no se habían aplacado del todo los estruendos del "boom", en 1980 Juan José Saer escribió en su ensayo "Una literatura sin atributos", una reflexión acerca de la literatura posrealismo mágico, que tiene que ver justamente con lo que propone Guerrero. Saer refiere allí los clichés de la literatura de nuestro continente, sobre todo aquella que gozaba de aceptación en Europa hace treinta años, emparentada con el realismo mágico y el compromiso político: "Es así –escribe Saer– como ciertas designaciones que deberían ser simplemente informativas y secundarias se convierten, por el solo hecho de existir, en categorías estéticas. Es lo que ocurre, por ejemplo, con la expresión 'literatura latinoamericana' (...) Se le atribuyen a la literatura latinoamericana la fuerza, la inocencia estética, el sano primitivismo, el compromiso político (...). Es necesario que todo producto tenga una apariencia necesariamente latinoamericana y que las obras editadas conserven cierto aire de familia. La literatura latinoamericana debe cumplir así, no una praxis iluminadora, sino una simple función ideológica".

¿De qué manera escapar del horizonte de expectativas vinculado a las estéticas de los años 60? La pregunta preocupa a Guerrero ya no sólo como crítico, sino también como el editor que es en Gallimard y que debe, muchas veces, lidiar con el gusto del lector europeo adiestrado a la estética del realismo mágico.

El otro boom

"A mí me interesa el paralelismo que se dio en Estados Unidos entre el boom de la literatura latinoamericana y el de la japonesa, en la década de 1960. Son dos booms que coincidieron en el tiempo, que generaron cada uno su propio canon. En el caso de la literatura japonesa el canon estuvo constituido por Kawabata, Mishima y Tanizaki; en la caso de la literatura latinoamericana, por Cortázar, Vargas Llosa, Fuentes y García Márquez. Lo interesante del caso japonés es observar cómo el surgimiento de estas figuras determinó no sólo el perfil internacional de la literatura de ese país –porque ese va a ser el perfil dominante durante muchos años–, sino también el concepto que los norteamericanos y europeos elaboraron de esa literatura, y que predeterminó un horizonte de expectativas. Durante muchos años,para que un libro japonés funcionara en los Estados Unidos tenía que parecerse a alguno de Kawabata, de Tanizaki o de Mishima, de lo contrario incluso no era considerado como un libro 'japonés'. Entonces ese tipo de horizonte de escucha internacional tiene una fuerza de coacción muy importante sobre el mercado. Hay mucho que aprender de la experiencia japonesa, porque Japón, a través de autores como Haruki Murakami o Kenzaburo Oé, ha logrado modificar e imponer a otros autores, de estéticas diferentes, y ha cambiado ese horizonte inicial. En el caso de Latinoamérica creo que estamos en esa coyuntura. En Europa todavía se espera que un autor latinoamericano suene a 'latinoamericano'. Pero quizás el éxito de Roberto Bolaño sea el signo más claro de que las cosas están cambiando. Ojalá que permita hacer evolucionar la mirada europea sobre la literatura de nuestro continente".

Y en Francia, ¿qué?

Así y todo, ¿el mercado editorial francés acepta (es decir, publica) a los autores que escriben por fuera de las estéticas canonizadas por el "boom"? La conclusión no es del todo reconfortante. "En Francia ya hemos pasado el período de euforia de la literatura hispanoamericana. Actualmente, estamos en un período en que la literatura extranjera no se vende demasiado bien y, dentro de esta rúbrica, lo que se vende básicamente es literatura traducida de la lengua inglesa. La literatura latinoamericana tiene una posición residual. Ya no estamos en la época del 'boom' en que teníamos una posición un poco más holgada. Ahora ocupamos un lugar desgraciadamente más limitado, aun en casos de autores de gran prestigio como Bolaño, que no ha llegado a tener aquí los niveles de venta que ha tenido en los Estados Unidos. Con todo, creo que editoriales como Seuil, Christian Bourgois y Gallimard, por citar sólo tres, han ido reflejando en sus elecciones esa diversificación en los modelos actuales de escritura. Si vas al catálogo de Bourgois, puedes encontrar nombres como los de Guillermo Fadanelli, Alan Pauls, Roberto Bolaño; si vienes al mío vas a encontrar a Rodrigo Rey Rosa, a Alvaro Enrigue o a Mario Bellatin; si vas al catálogo de Seuil, vas a encontrar a Martín Kohan, Jorge Volpi o a Santiago Roncagliolo. Digamos que la nueva generación sí ha sido traducida y publicada. No tiene, y eso es lo que lamentamos, los mismos niveles de venta ni de reconocimiento del gran público que tuvieron en su momento los escritores del 'boom' o sus epígonos (pienso en Isabel Allende, por ejemplo). Pero esperemos que esto sea sólo una cuestión de tiempo. En eso estamos trabajando". [giecoleon]

La renuncia de Vicente Sánchez Baret


Por William Jerez

Vicente Sánchez Baret (el Indio), como buen oportunista que es, solamente buscaba dos cosas con la senaduría de la provincia Sánchez Ramírez: proteger su enorme fortuna acumulada a través del PRD y manejar el poquito dinero que la Barrick le podría dar a la provincia. De haber ganado la senaduría él hubiera hecho lo mismo que cuando manejó, a su antojo, el dinerito de la Rosario Dominicana.

La semana que acaba de transcurrir varios medios de comunicación de la República Dominicana se hicieron eco de la renuncia de Vicente Sánchez Baret del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).

Yo que soy de Cotuí, y que viví y me crié patio con patio con Vicente, más que nadie puedo dar testimonio que el PRD ha salido victorioso con dicha renuncia.

Pienso dar testimonio parcial de lo malo y dañino que ha sido Vicente para la provincia Sánchez Ramírez. Digo testimonio parcial porque no todo lo que puedo decir de Vicente lo voy a decir. Cuando menos voy a decir del "indiecito canelo quemado por el sol tropical", Vicente, lo que en realidad puedo y quiero decir. Cuando menos, por ahora.

De ahora en adelante cuando me refiera a Vicente lo llamaré el "Indio". Tal y como dice su cédula de identidad. Espero que al día de hoy, ese farsante y chanchullero, no la haya cambiado para ponerse su verdadero color.


¡Veamos..!:

A) Reseña histórica del Indio

1. Dicen que el Indio llegó a Cotuí a la edad de muy pequeño. Algo que no puedo asegurar porque en realidad no creo que sea importante.

2. El "Indio" actualmente tiene una edad de más de 80 años. Es decir es un octogenario empedernido, farsante, chanchullero, mentiroso y engañador.

3. Cuando el Indio, muy oportunista de por cierto, tenía unos 16 años se le coló al dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina en el Partido Dominicano. A los 18 el Indio es nombrado síndico de Cotuí por el dictador Trujillo. Bien recuerdo ver al Indio con tremendo revolver en la cintura intimidando a todo el mundo. Especialmente a los que él sospechaba que eran antitrujillistas.

4. A la raíz del ajusticiamiento de Trujillo el Indio arreció su persecución en contra de sus sospechados.

5. Hoy día recuerdo al Indio meneando su revolver en la cintura y en tono amenazante contra toda la población de Cotuí.

B) Algo de nuestra intimidad

Recuerdo que a mi casa iba con mucha frecuencia Miguel Angel De Camps con su violín a practicar con mi padre, Juan Eutímio Jerez (Niño), el cual este último tocaba el piano. También recuerdo que siempre tocaban la "Bella Cubana". Hoy día, en verdad, no puedo escuchar esa pieza musical porque me dan ganas de llorar. Siento una enorme nostalgia al escuchar esa pieza musical.

En honor a esos dos ilustres cotuisanos, ya fallecidos y que en paz descansen, Miguel Ángel y Niño, he preparado un arreglo para cuarteto de piano de la "Bella Cubana". También en honor a esos dos ilustres cotuisanos he preparado un arreglo para guitarra clásica que he titulado "El Elberedón Shibaishá". Esta pieza última comienza "Andante y termina con un Allegro Vivaci".

Pero nada de lo anterior es importante. Creo que me estoy saliendo del tema.

¡Seguimos con el tema del Indio...!

C) Los enemigos del Indio

El Indio tuvo tres enemigos desde su juventud hasta el día de hoy: los Jerez, los De Camps y los Jiménez.

Y yo siempre me he preguntado, ¿y que le han hecho esas tres nobles familias cotuisanas al Indio?

Últimamente, el Indio Vicente ha añadido dos enemigos políticos más a su lista a raíz en la reciente convención del PRD: estos son Bienvenido la Lazala (Ñeñé) quien sacó 66.55% de los votos mientras su contrincante Sánchez Baret (el Indio), obtuvo solamente un 33.45%. Y el otro es el candidato a diputado Sadoki Duarte, que sacó un 45.40% en contra de su contrincante. Sadoki, otrora protegido del Indio, parece ser que le dio la espalda a su antiguo protector, el indio Vicente.

Además Ñeñé puede ser hijo del Indio. Y Sadoki puede ser nieto.

Aquí deseo aclarar que por primera vez el Indio compite para una posición dentro del PRD y en la provincia Sánchez Ramírez. Él siempre fue señalado por el dedo del difunto Peña Gómez. Esta vez, a falta de ser señalado, le dieron una "pela de falda alzá" que lo ha dejado aturdido.

Vicente, conocido con los sobrenombres de la Lechuza, el Negrillo y el Indio esta vez tuvo como contrincante a Bienvenido Lazala (Ñeñé). Por varios años Ñeñé ha sido un viejo enemigo político del Indio.

La administración de Ñeñé ha hecho varias obras sociales en toda la provincia Sánchez Ramírez. Y estas obras incluyen el actual parque de Cotuí. Mientras que por otro lado el Indio se ha dedicado a vivir del chantaje y del saqueo provincial. ¿Muestra?, ahí está la Rosario Dominicana que lo único que dejó a Cotuí fue la contaminación generalizada: presa, ríos, lagunas, niveles freáticos, etc. ¿Y que hizo el Indio? Excepto sus fechorías diabólicas, absolutamente nada positivo por la provincia Sánchez Ramírez.

Además, Ñeñé es conocido por ser una persona amable con todo el mundo. Y además asequible a todos los pobres de la provincia.

Y con esto no estoy defendiendo al PRD. Pues no tengo vela en ese entierro.

Recuerdo que al comienzo de este año me vi con Ñeñé y humildemente me preguntó si yo estaba interesado en correr para la senaduría provincial. Mi contesta fue que no, no y no. Le dije que ese puesto era para él pues ya yo no estaba interesado en ninguna posición en la provincia. Recuerdo que le dije que vendría una tremenda crisis económica en nuestro planeta. Y le dije que la crisis vendría producto de la crisis energética. Hoy, aquí tenemos la gran crisis económica producto de la carencia de energía.

Y como si eso fuera poco, de ñapa tenemos el calentamiento global.

Y yo le pregunto al Indio, ¿Y qué puede esperar él de la población de Sánchez Ramírez que tanto él ha golpeado? Especialmente a la gente noble y desinteresada de esa provincia.

El Indio, muy molesto de por cierto, anunció ayer su renuncia irrevocable de la organización junto a su familia para irse a otra organización política.

¿Pero qué partido político va a recoger esa basura política octogenaria que en vez de sumar lo único es que le va a restar?

¿Y de las intrigas personales y políticas que él le llevaría a esa organización donde se vaya?

El Indio que se creía protegido o candidato a senador reservado, ha recibido una de las palizas más grande de su vida. Tal y como él se lo merecía.

Hoy, todos los sectores de Cotuí están de fiesta celebrando el "detutanamiento" de quien creía que la provincia Sánchez Ramírez era su herencia.

¿Pero quién con dos dedos de frente puede votar por una persona que cuando suele ir a Cotuí es a jugar gallos, jugar dominós y a comer sancocho en los patios a alta horas de la noche? Y todas estas orgías y actos deletéreos para una persona de su vaga investidura los realizaba hasta las madrugadas.

D) Las fechorías oportunistas del Indio

Sánchez Baret (el Indio) había sido acusado por varios precandidatos provinciales de haber ordenado el asalto de un camión con los materiales electorales. Esta irregularidad impidió que la convención en la provincia Sánchez Ramírez el 6 de este mes se efectuara con normalidad.

¿Y es esta la única fechoría del Indio? No..., esta es una fechoría más de ese chanchullero.

¿Y el granadazo en que murieron varias personas y por el cual el Indio debería estar preso?

Recuerdo como ahora que cuando corrí para senador por la provincia Sánchez Ramírez por tres largos años barrí todos los municipios provinciales patio por patio. Y todos esos tres años lo hice solamente con un ayudante. Barrí con más del 90% a su protector Papo Luna (un desertor escolar del 4to grado de primaria) en las elecciones para seleccionar el precandidato a la senaduría provincial. Un día antes se apareció el Indio al local de PRD en Cotuí y delante de mí estrujó mi panfleto como un signo de desprecio a mi apellido JEREZ. En dicho panfleto yo tenía un programa muy extenso. Y dicho programa incluía: total transparencia en el manejo de los fondos públicos, la terminación de la carretera Piedras Blancas–Cotuí bordeando la Presa, donación de mi salario de senador para fines sociales, etc.

Al otro día a la hora de contar los votos eran la 1:00 a.m. de la madrugada. Pedí que se abrieran 5 cajas al azar y en las cuales venían los votos. Mi petición fue negada.

¿Y qué creen que pasó? ¡Adivinen adivinadores...!

Todos los encargados de la convención del PRD en la provincia Sánchez Ramírez fueron comprados por el Indio con el dinero de Las Aduanas. Recuerdo que el Indio era director de Aduanas en esa época.

Hoy día el Indio ha recibido la revancha, el rechazo, el repudio, el odio y el desprecio de toda la población de la provincia Sánchez Ramírez. Y de ñapa, Papo Luna se le fue con Leonel Fernández al PLD. Es decir, su protector ha cambiado de "chalina y flu".

El licenciado (?) Vicente Sánchez Baret (el Indio) recogió todas sus "mochilas", entre ellas la foto que estaba en la galería de ex presidentes del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), en el local principal de esa organización política, y luego anunció públicamente que renunciaba irrevocablemente (?) de esa organización política.

¿Qué renuncia el Indio de las "cogioca$" que ha acumulado en el PRD? ¡Bueno,...hay que verlo para creerlo, esperemos a ver que pasa!

El resumen es que el Indio se quedó totalmente solo. ¿Y quién está dispuesto a defender al Indio, el difunto Peña Gómez o el Chapulín Colorado? ¡Nadie..., el Indio se ha quedado solo!

Vicente Sánchez Baret (el Indio), como buen oportunista que es, solamente buscaba dos cosas con la senaduría de la provincia Sánchez Ramírez: proteger su enorme fortuna acumulada a través del PRD y manejar el poquito dinero que la Barrick le podría dar a la provincia. De haber ganado la senaduría él hubiera hecho lo mismo que cuando manejó, a su antojo, el dinerito de la Rosario Dominicana.

Nota 1. No se olviden que el Indio viene a NYC un promedio de tres veces al año a chequearse médicamente. Y viene al hospital más grande del planeta tierra. Y cada chequeo le cuesta al Indio una inmensa cantidad de dinero. Y ese dinero lo paga la hambrienta población dominicana. Para eso el Indio necesitaba urgente la senaduría provincial.

Por suerte y para la tranquilidad provincial, al Indio lo han echado a donde él pertenece: al zafacón de la basura.

Ayudar a echar al zafacón de la basura al Indio, ha sido una de las pocas buenas obras de Leonel Fernández y Miguel Vargas Maldonado.

Deseo agregar que votar por los dirigentes de los tres partidos tradicionales de la República Dominicana es lo mismo. Cuando esos dirigentes, que se creen dueños de esos partidos o `corporaciones" para buscar dinero, tienen un confrontación política dentro de sus `corporaciones" se "cambian de ropa" y se van a otra "corporación". Y se van a la "corporación" que les ofrezca más beneficios.

Hasta que la población no se dé cuenta de esa realidad y siga votando por la mayoría de los dirigentes delincuentes de los tres partidos tradicionales (el PRD, el PLD y el PRSC) seguirá sufriendo las consecuencias de esa votación.

Nota 2. Yo no soy del PRD, del PLD, del PRSC y ni de sus partiduchos arrimados cuyos dirigentes alicatillos los que buscan es cuarto$.

Para información de los lectores:

Precio de la onza oro: US$1,111.50 (12/18/09, 6:00 p.m.).

Precio del petróleo: US$73.36/barril (12/18/09, 6:00 p.m.).

Emisión de CO2: 591 TM/segundo (11/24/09, 8:00 p.m.) a (12/19/09, 9:45 a.m.). Ver la cantidad de CO2 que los seres vivientes estamos tirando a la atmósfera en: www.know-the-number.com.