martes, 27 de enero de 2009

El Fondo de los Hechos


A propósito del aniversario 196 del natalicio de Juan Pablo Duarte y Diez y el inicio del mes de la Patria


Por Santo Domingo Guzmán

En el día de ayer se cumplió un año más del natalicio del ilustre patriota Juan Pablo Duarte y Diez, iniciándose con dicha fecha el mes de la Patria, que finaliza con la fecha de nuestra Independencia Nacional.

Es una fecha que encuentra nuestra sociedad bajo un profundo y putrefacto estado de deterioro de los verdaderos valores y donde prima el clientelismo, la búsqueda de prebendas personales, los anti-valores, así como un alocado rumbo donde no importa como sea y caiga quien caiga, lo importante es el enriquecimiento personal.

Es una fecha donde cada dominicano y dominicana debiéramos detenernos a pensar y sobre todo hacernos varias preguntas, entre las cuales yo sugiero algunas para la reflexión:

¿Por qué tanta delincuencia? ¿Por qué tanta corrupción tanto en las instituciones públicas como privadas? ¿Por qué tanta traición hacia nuestros semejantes y tanta violencia? ¿Por qué tanto desaliento en nuestra juventud, así como en la sociedad en pleno? ¿Por qué tantos vicios? ¿Por qué tanta injusticia?

Estas y otras preguntas que usted podría añadir, podrían ser el punto de partida para una reflexión profunda sobre nuestro estado actual, de cara a un futuro que de no cambiar, podría ser catastrófico para nuestra juventud.

Pienso que serían las preguntas que el patricio se haría si resucitara y se encontrara con el estado putrefacto en el que he citado y en el que pienso, se encuentra sumida nuestra sociedad.

Ésta no es la Patria con la que Duarte soñó cuando pensó en la fundación de una Nación libre y soberana que se llamara República Dominicana, con un pabellón tricolor, con una cruz blanca en el centro y un escudo de armas con el Libro Sagrado y con las palabras sacramentales: “Dios, Patria y Libertad”.

O, pensemos ¿que haríamos si nos tocara firmar el juramento de los Trinitarios?, plasmado por aquellos nueve próceres (Juan Isidro Pérez, Félix María Ruiz, Juan Nepomuceno Ravelo, Jacinto de la Concha, Benito González, José María Serra, Pedro Alejandrino Pina y Felipe Alfau) con Duarte y Diez a la cabeza, aquel 16 julio de 1838, cuando apenas contaba el máximo líder de la independencia con 25 años.

Y no pensemos que ellos eran extraterrestres y que nosotros no estamos a la altura de ellos, pues estos eran personas de carne y hueso como usted y como yo, solo con decisión, firmeza y templanza, lo que falta en estos tiempos.

Es necesario que cultivemos estos tres elementos que poseían esos nueve gigantes hace 196 años y que trajeron como resultado, nuestra emancipación como nación libre e independiente apenas cinco años y meses después, es decir, en 1844 y cuya fecha se celebra el próximo 27 de febrero.

Es necesario que emulemos el pensamiento de Duarte y de esos grandes hombres que hicieron posible nuestra independencia y dejemos de lado aquellos anti-valores que hoy se erigen como la panacea, siendo en realidad los que arrastran a nuestros jóvenes hacia una encrucijada o hacia un callejón sin salida.

Muchos se disfrazan hasta de guías espirituales y se levantan con proyectos dizque de ayuda a la sociedad y es a estos a quienes los gobiernos de turno colocan en puestos de autoridad, lo que le sirve de soporte para llevar a cabo sus actos macabros.

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