Por Gabriel Lorenzo
La gran mayoría de los jóvenes del campo se gana la vida cargando personas a sus centros de trabajos, escuelas, pero el moto concho como todo en la vida tiene sus partes negativas, en el esta el riesgo que corre una persona cuando sufre un accidente que queda desamparado y que nadie tiene reglamentada esa actividad, ni tan siquiera el estado que es quien debe regularizarla, no lo hace, es un desorden dentro de otro desorden.
Pero por que traer el moto concho a colación en cuanto a la producción Agropecuaria, y ello se menciona por que cientos de miles de Agricultores dejaron la agricultura para dedicarse a esa actividad y eso indica que en un paraje o sección que veinte (20) Jóvenes dejen la actividad agrícola para dedicarse al moto concho, esa producción ya no va a existir lo que indica que esas veinte familias van a consumir sin producir, lo que ha hecho que los víveres (Yuca, Batata, Auyama, etc.) pasen de precios en centavos a venderse a más de quince pesos la libra.
El gobierno le ha dado demasiado tiempo para regularizar esa actividad, de tal manera que los productores en lugar de hacer una actividad productiva que los saque de la miseria, se dedican al moto concho poniendo en riesgo sus vidas y las de los demás.
El gobierno debe pensar no solo en los recursos que entran al fisco por venta y placas de los motores sino en el daño que genera esa actividad sin estar regularizado en el país, las muertes, los accidentes, los inválidos que hay en todo el país son cifras para que el Estado como tal, regularice el moto concho en el país y una medida podría ser prohibir la importación de motores por 10 años y establecer un organismo que ponga costo a ese caos que se llama moto concho, claro esta que si hay hoy, seiscientos mil personas ganándose la vida y la de sus familias, deberían buscarse una alternativa que haga posible que esos jóvenes se sientan atraídos por un programa donde saque partido, que podría ser que el Estado adquiera su motor por la entrega de recursos económicos y prestamos para la actividad agrícola dándole un seguro de vida y la compra de todos los productos agropecuarios que produzca durante el año, entre otras medidas que pudieran tomarse ello implicaría que el INESPRE, jugaría un papel de primer orden en la compra de los productos agropecuarios y los distribuiría en la población, a un precio con un margen de un 10 %, a fin de que la institución opere con un margen de beneficios que siempre le permita operar sin déficit, garantizarle al productor la compra de su producto, en el que pudiera intervenir el Banco Agrícola, INESPRE y el CEA.
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