miércoles, 30 de septiembre de 2009

VIENTOS DE GUERRA


Por Dora Silvana Bulbo
Fuente: poetasdelmundo.com

ARGENTINA: Hombres de todas las edades, padres esposos… hijos, marchan indecisos hacia la destrucción total, por meros antojos, por simples caprichos de sujetos con sed de matar.

Muy poco les preocupa si en la batalla, muchos inocentes morirán, despreciables asesinos, unos tantos cretinos cómodamente sentados en sus sillones

de la mansión temporaria que han de habitar, no tienen en cuenta el inmenso dolor que causarán a tantas mujeres que quedan esperando a quienes tal vez, jamás regresarán.

Vientos de guerra han estallado ya, por quienes se empecinan en ver a hermanos como enemigos. De nadie es la tierra que desean conquistar, ningún hombre mortal está capacitado para manipular el destino de los demás, por aquellos que creen la patria salvar.

Sólo los motiva el ego, no hay democracia, ella quedó olvidada, desde hace mucho tiempo en algún cajón de esos escritorios que se encuentran en la presidencia de la casa blanca o rosada quizás.

No escribo esto por razones de inclinación política, no es mi fuerte, sólo que no me parece justo escuchar constantemente noticias de países que se desmoronan por esos fuertes vientos de guerra que causan disgustos a los que aman la paz, la calma…la tranquilidad que también es sinónimo de libertad. Siento impotencia, apatía por los hombres y su idiosincrasia

que no tienen en cuenta la desgracia de aquellas que reciben una medalla, consecuencia de sangre inocente derramada, que a ninguna mujer les favorece “honor semejante” por haber perdido a su ser querido…por el enceguecimiento de lideres idealistas que no pueden entender que nada se obtiene por querer vencer al hermano, al amigo, al camarada.

Por más que esté del otro lado debe tomar conciencia que es su hermano.

Debemos tener en cuenta que para Dios no existen naciones ni banderas, a todos sus hijos ama por igual sin discriminación, es cosa de la humanidad empeñarse en crear disturbios bélicos sin tener distinción por las malas inclinaciones del corazón.

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