miércoles, 25 de noviembre de 2009

La porfiada memoria de Dedé Mirabal


Por Jochy Herrera| © La Jornada
Fuente: mediaIsla, Boletín 1152

El régimen del sátrapa Rafael Leonidas Trujillo, el más sanguinario de los dictadores latinoamericanos del pasado siglo, marcó la historia individual y colectiva de la media isla República Dominicana. En una suerte de pesadilla que no desaparece, aquellos treinta y un años de horror sobrevivieron al tirano: el trujillato fue balaguerato durante las décadas de gobierno de Joaquín Balaguer –hijo político de Trujillo– fundador de un ethos del poder que hoy se reviste de caras y colores nuevos. Vivas en su jardín (Aguilar 2009) son las memorias de una sobreviviente, Dedé Mirabal, quien cuenta a viva voz cómo su corazón logró sanar, sin olvidar, uno de los más horrendos crímenes políticos en los anales de nuestro continente: el asesinato por el régimen trujillista de sus hermanas Patria, Minerva y María Teresa.

Heroínas hechas mariposas junto a sus maridos, las Mirabal representaron lo mejor de una juventud inmolada en pos de la justicia; junto a los miles de torturados y asesinados y el Movimiento 14 de Junio, su sacrificio no fue fútil, ya que contribuyó a poner fin a aquellas negras décadas de la dominicanidad. Hoy, en un poderoso testimonio de trescientas páginas, Dedé Mirabal ha contado a las jóvenes generaciones la historia de Las muchachas. Con un lenguaje tan real como las confesiones de los asesinos descritas en Vivas en su jardín, este libro fluye como documento revelador de mentiras y distorsiones sobre una época "tabú" en un país cuyos historiadores pocas veces contaron la verdad.

Minerva, la segunda de Las mariposas, no sólo fue una luchadora por la causa política junto a sus hermanas, sino también una defensora de la enmancipación femenina, asunto poco tratado en aquellos años de la década de 1950. No en vano desde 1998 la ONU declara el 25 de noviembre, aniversario de su asesinato, Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer. Minou, hija de Minerva Mirabal, en palabras insustituíbles, ha establecido el punto de partida desde donde este libro debe reconocerse: como arrebato de valentía y heróica humanidad "a pesar de la inmortalidad de las heridas" que arranca del olvido lo sucedido e impide que se pierda para nosotros y para el mundo.

Casi medio siglo después de aquel crimen, Dedé Mirabal narra cómo, al caminar por la carretera donde Patria, Minerva y María Teresa fueron asesinadas, aún le invade una sensación simultánea de desasosiego y paz: "Se me ocurre que fue en este lugar donde por última vez ellas vieron el cielo, donde por última vez nos recordaron a nosotros, sus seres queridos, donde vieron la cara demoníaca de la dictadura personificada en sus verdugos, y donde pronunciaron sus últimas palabras, las cuales nunca conoceremos con certeza. En este lugar de horror estoy segura que ellas tuvieron algún bello pensamiento para la vida que tanto habían amado y que en parte encarnaba en sus hijos, en mamá, en mí, en sus esposos, en los amigos...y en la fuerza única de la libertad."

[Jochy Herrera, dominicano, miembro de la mesa editorial de Contratiempo, Chicago. Autor de Extrasístoles y otros accidentes, 2009]

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