El pasado miércoles 8 del corriente mes, me presenté en los salones de la Biblioteca Municipal de Cambita, con la idea de presenciar una sesión del Concejo de Regidores, que por primera vez se celebraba después del pasado 15 de septiembre.
Al llegar a la puerta del recinto, ya me estaban esperando un grupo de delincuentes apoyados y dirigidos por un sujeto al que apodan Cuco, los cuales, luego de provocarme con palabras, me fueron encima con la más decidida idea de causarme daños físicos.
Al momento, se armó la refriega, cuyo centro era un servidor, con el único objetivo de golpearme, para lo cual estaban allí, aparte de Cuco, otro sujeto conocido como Monjelo, un tal Ramón y un policía municipal cuyo nombre desconozco.
Todos tenían órdenes expresas de impedirme la entrada al recinto de la Biblioteca, “cayera quien cayera”, de acuerdo a las palabras del alcalde Cristino Lorenzo y un idiota que tienen como presidente que le dicen Zapata.
Salimos ilesos de la refriega que se armo y pese a la negativa de impedirnos la entrada al recinto, señalamos que aunque le pesara a quien le pesara, íbamos a participar de la sesión, aunque un señor cuyo nombre no tengo, casi nos convence de que saliéramos del lugar, lo que no ocurrió gracias a la intervención del Concejal Tomás Renville, que a su vez, nos convenció de que nos quedáramos.
Hasta ese momento, no teníamos evidencia de que la orden de impedirnos la entrada había salido del alcalde Cristino Lorenzo, pero más tarde si nos dimos cuenta que dicha orden era expresa de éste y el Concejal presidente.
¿Cómo nos dimos cuenta? Sencillo, una fuente nos informó de la orden, incluso que si había que hacernos daño físicamente, ellos respondían por los mismos, lo que en principio no creímos, por existen lazos familiares que nos unen al alcalde. Sin embargo, las posteriores declaraciones de éste nos convencieron de que ello fue tal y como nos lo informaron.
Cuales declaraciones son las que citamos; solo vamos a mencionar la forma como el alcalde y su “ejecutivo” llaman a los que como un servidor, nos hemos expresado, no en contra de las acciones que viene realizando, sino en contra de cómo las viene realizando. Nos llama “enemigos del progreso” y como tal, deben ser castigados.
¿Usted había escuchado tal expresión para los que como un servidor, lo que velamos es por que las cosas se hagan bien? ¿No será que estos dos sujetos están locos? ¿O por el contrario, será que el carguito se les ha ido a la cabeza?
Déjenme pensar que es esto último, porque no los creía dictadores ni nada por el estilo. Sin embargo, la orden directa que recibieron luego sus matones, me dice que como presidente de la Comisión Municipal de los Derechos Humanos, órgano que representa a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, iniciaré una serie de acciones con miras a que estos dos sujetos sean removidos de sus cargos, porque el pueblo de Cambita no se merece una tiranía de seis años al frente de la cosa pública municipal. Compren sus palomitas, preparen sus refrescos y acomódense en sus asientos que esto va para largo.
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