El Fondo de los Hechos

El “roncierto” de Julio Iglesias

El recién finalizado año 2008 fue un año de mucho ajetreo, sobre todo en lo que tiene que ver con las actividades del Palacio Nacional. Una de esas actividades fue el concierto ofrecido por la Primera Dama de la República, doctora Margarita Cedeño de Fernández.

Me parece que fue un concierto para recaudar fondos para las actividades que desarrolla ese despacho, que hay que decir en honor a la verdad, que realiza bastantes actividades por el desarrollo del país.

Pero lo que queremos destacar no es la actividad en sí, sino el protagonista de dicha actividad, que como muchos sabrán fue el famoso cantautor Julio Iglesias.

El cantante se la lució como siempre con todos esos éxitos que llenaron toda una época. Lo que yo no me explico como es que los artistas tienen esa capacidad de modificar lo que ya constituye patrimonio de la humanidad como esas canciones de Don Julio, entre las que podemos citar: Un Canto a Galicia, El Amor, Llueve en la Carretera, Vuela Alto, entre otros (títulos aproximados, pues como sabrán, solo me gustan las canciones pero en cuanto a los títulos de las mismas no soy muy bueno), que estoy seguro que mucho del público que allí estaba, pagó los “posibles” cien mil pesos para escuchar y lo que se encontraron fue con un artista hablando en vez de cantar.

La suerte que era un público cautivo, pues estoy más que seguro, que todo el que estaba allí era funcionario/a o allegado/a a algún funcionario gubernamental o empresario/a de esos que le deben muchos favores al poder.

Sin embargo, hasta ese público estaba frío ante el espectáculo que brindaba el artista, a tal grado que en ocasiones era el propio Iglesias quien pedía “la recompensa” que todo artista anhela, la ovación de los presentes.

Son las razones por las que titulo el presente como roncierto, en vez de concierto, pues se veía a un Iglesias, en apariencia con un traguito en la cabeza y en ocasiones, el coro y la música iban por un lado y él por el otro. Pero gracias a la fama, todo el mundo lo acepta así, pues es Don Julio Iglesias.