Por Gabriel Lorenzo
La extensión no ha pasado nunca de la teoría a la práctica, salvo cuando existen los proyectos de Pidagro 1, 2 y 3 y los créditos supervisados de la Secretaria de Agricultura en la década de los setenta y al inicio de la década del ochenta.
Diversas razones se han dado para que la extensión no sea otra cosa que un fiasco de mal gusto, el agrónomo extencionista cada vez se inventa unos datos que son procesados como reales y pasan como nada a las Estadísticas de la Secretaria de Agricultura.
Se pudiera hablar de extensión cuando el extensionista cuente con los recursos tecnológicos y las condiciones para desarrollar una transferencia de tecnología que el productor pueda asimilar y poner en práctica.
Se ha hecho una costumbre de producir datos e informes que no son reales por que sin los recursos humanos capacitados y los recursos económicos nada se puede hacer.
El autor es ingeniero agrónomo
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