Por Luis Carvajal
Se pobló la mañana de abriles y noviembres
y la toga cantó con su voz olvidada.
Se derramó en las calles, se desbordó en las plazas
y la verdad sabida, fue también sentenciada.
No habitaba en la espera la esperanza fallada.
Acostumbrado el mazo a golpear en las ansias
sorprendió que lloviera desde el cielo agua clara.
Sentada en nuevas brisas, ondea la esperanza.
Los rostros juveniles construyen nueva patria.
Los callos, las heridas, la memoria, las canas
Se siembran en las almas que hoy vigilan las aguas.
Alas nuevas navegan hacia un nuevo mañana.
En Gonzalo yo he visto renacer la esperanza
La unidad y el abrazo de machete y guitarra
Del sudor y los libros
Del rubor y las canas
De la tersura urbana de rostros juveniles
Y las pieles curtidas al fragor de la caña.
Acostumbrado el mazo a golpear en las ansias
Se lavo en Los Haitises la justicia la cara
En este grito simple
Porque siempre haya patria
Lavaremos las togas con el agua sagrada
Y desde Los Haitises rociaremos las Salas,
las Cortes, las Audiencias y la historia pesada
que han cargado en sus hombros
los del surco y la azada.
Poblemos las mañanas de abriles y noviembres
Hasta que nunca el mazo se descargue en las ansias
Derramemos las calles, desbordemos las plazas
Y la verdad del pueblo, será la sentenciada.
ANTONIO OCAÑA.
Destacado constructor, diplomático y político dominicano. Nació en Cádiz,
España en el primero de noviembre 1922, pero se radicó en el pa...
Hace 1 hora
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