Trasaños de crecimiento, las ventas cayeron un 6% en el primer semestre de 2009
Por JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS | © El País
Fuente: mediaIsla, Boletín 1132
La fiesta ha terminado. La tozuda realidad ha despertado de su sueño a los que sostenían que el libro era un refugio de ocio barato en tiempos de crisis. Las cifras de 2008 aguantaron el tipo, pero las del primer semestre de 2009 suponen un serio toque de atención.
Según los datos que ayer hizo públicos la Federación de Grenios de Editores de España (FGEE), el mercado interior del libro creció el año pasado un 2%. Eso sí, se ganó más dinero (3.219 millones de euros) pero se vendieron menos ejemplares. Concretamente, un 4,1% menos, lo que supone algo más de diez millones de volúmenes (de 250.860.000 se pasó a 240.660.000). Una de las explicaciones para el desfase entre ganancias y ventas reside en la subida del precio medio por ejemplar, que pasó de 12,45 euros a 13,26.
Las buenas noticias se acabaron en diciembre. Al tiempo que presentaba los datos de 2008, Antonio María Ávila, director ejecutivo de la FGEE, reveló que durante la primera mitad de este año las ventas descendieron un 6% con respecto al mismo periodo del año pasado. Además, lo que ahora, en palabras de Ávila, es "grave" empezó siendo "catastrófico". Durante los meses de enero y febrero las ventas cayeron un 40%. El día de San Jordi y las diversas ferias consiguieron atajarla hemorragia, pero "de nada sirve llenar el restaurante con las comuniones si el resto del año está vacío". Lo dice el propio representante de los editores, que, sin perder el optimismo, sostiene que "la tendencia es recuperarse".
Aunque subraya que los datos de 2008 son "verificables" y que los de 2009 se basan en "muestras y proyecciones", Antonio María Ávila apunta una explicación para el sangrante descenso del comienzo del año: las devoluciones masivas por parte de las librerías. "Creo que la razón fue administrativa", argumenta, "además de explicable en tiempos de crisis. Después de un excelente diciembre, limpiaron el almacén de golpe. Los datos reflejan más ese efecto que una situación real".
Michèle Chevallier, directora de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL), tiene un argumento más concreto y menos optimista: "La librerías devuelven porque no venden". Y añade: "Los libreros están asustados. En los cuatro primeros meses del año, las ventas de mostrador han bajado alrededor de un 25%". Y lo que no es mostrador es venta a instituciones, una rama que la crisis hace tambalearse. "Muchas instituciones se están retrasando en los pagos o anulando pedidos ya cursados", explica Chevallier. "Si a esto se suma que los bancos no están renovando las pólizas de crédito... La tabla de salvación es devolver. Hay que sanear y ser precavido: si antes pedía diez ejemplares, ahora pide cinco".
Otra de las grietas entre editores y libreros es una sobreproducción que sitúa la oferta muy por encima de la demanda. Frente a los 70.520 de 2007, el año pasado se publicaron 72.982 títulos, de los que el 52,1% fueron novedades y el resto, reimpresiones.
Para Antonio María Ávila, el "aparente" exceso está distorsionada por los libros de texto (unos 17.000 títulos): "Multiplique 33 editoriales por ocho disciplinas por 17 autonomías y por cuatro lenguas oficiales". Chevallier no pierde de vista esas operaciones, pero matiza: el resultado de la multiplicación no tendría por qué crecer cada año. Y remacha: "Es una huida hacia adelante de las editoriales. Cuando consiguen ocupar un espacio en las mesas de novedades, publican y publican para no perder la posición. Aparte de que esa política ha terminado con el fondo de catálogo, las librerías no pueden absorber tantas novedades". Según Chevallier, "hay muchos libros que no duran ni un mes en las tiendas; algunos ni 15 días".
Los editores juegan sus números en busca de un bestseller. Varios de ellos -Rowling, Ken Follet, Zafón, Larsson, Meyer-engrosaron las cifras del año pasado. Este otoño, si el nuevo Dan Brown no viene al rescate, los números quedarán en manos del último Larsson, de la vuelta al colegio y de la Navidad. Sigrid Kraus, directora de Salamandra, la editorial de Harry Potter y de El niño con el pijama de rayas, sostiene que la "lotería" de la apuesta única falsea el mercado: se vende mucho de muy pocos títulos. Ella ha conseguido una marca de catálogo que sostiene la editorial al margen de sus superventas, pero reconoce que cada vez cuesta más: "Al contrario de lo que se dijo, este año en la feria de Madrid nos fue peor que el pasado. Y algunos libreros me comentan que ha habido semanas en las que no entraba ni un solo cliente". Según datos de la FGEE,la industria editorial supone un 0,7% del PIB de España y da empleo directo e indirecto a más de 30.000 personas.
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