Por Leo Zelada Grajeda | © mediaIsla
Luis Ambroggio, nacido en Córdoba, Argentina. Ciudadano de los EE.UU, donde reside desde 1967. Miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua Española y del PEN. Su poesía está grabada en los Archivos de la Poesía Hispanoamericana en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. Hace una semana en el Instituto Cervantes de Nueva York se llevó a cabo una mesa redonda en torno al libro El Cuerpo y la letra. Libro que habla de la poética de Luis Alberto Ambroggio y que ha sido publicado por la Academia Norteamericana de la Lengua Española. Llega a Madrid para el lanzamiento de su último poemario La desnudez del asombro publicado por Lord Byron Ediciones, el 8 de junio. Oportunidad que nos permite entrevistarlo para hablar sobre algunas de sus experiencias, opiniones, su propia historia poética y política como hispano en los Estados Unidos, con la vigencia actual por la lucha de los derechos de los inmigrantes y la presencia cada vez más sobresaliente de la cultura hispanoamericana en el mundo estadounidense anglosajón.
—¿Si bien es cierto que eres argentino casi toda tu vida la has desarrollado en Estados Unidos. Háblanos de tu experiencia literaria en Argentina y en United States?
—Aunque me han invitado y participo en Encuentros de escritores en Argentina, en la SADE y otras instituciones, tengo muchos amigos poetas, escritores y críticos literarios de Argentina (la Dra. Corda de la Universidad de Tucumán ha escrito mucho sobre mi obra), mi encuentro profundo y transformante con Jorge Luis Borges, el hecho de haber compuesto la letra de la canción "Dame el pan, Argentina" que grabó un importante conjunto musical de Argentina (Los Cuatro de Córdoba) y se utilizó en una campaña presidencial, mi creación literaria se da principalmente durante mi residencia/diáspora en los Estados Unidos, a donde llegué en 1967, en medio de la guerra de Vietnam y el movimiento beat, hippie, cuyo slogan era "Hagamos el amor y no la guerra". Aquí mi experiencia literaria es parte de la presencia, la historia, la voz hispana/latina de los Estados Unidos, cantando la realidad de la antítesis de la euforia de un Whitman cuando versifica en "Hojas de Hierba" (Leaves of grass) "Los Estados Unidos son en sí el poema más grande", pero de un modo asombroso también completando la belleza imperfecta y polifacética que son Nuestros Estados Unidos de Norteamérica en la difícil vivencia del sueño igualitario de los fundadores de la nación con su mosaico de etnias, religiones, culturas, experiencias de paz y guerra, heroísmo y salvajismo, a veces –contrariando sus principios fundacionales- en una triste relación antagónica, de discriminación, dentro de un paradigma de dominante-dominado, pero con un continuo propósito de mejoramiento. De allí mi propósito de escribir en español, documentar nuestra identidad e historia y esfuerzos por rescatar la poesía escrita en español en los Estados Unidos, poesía que precede a la Nación. De allí también que haya decidido crear en los años noventa una editorial y una revista de literatura hispana en los Estados Unidos y de promover nuestra cultura e idioma. No se entendería del todo mi propia creación poética sin este contexto estadounidense.
—¿En tanto la cultura Latina es la principal minoría en USA ¿ cuál es la labor de la academia norteamericana de la lengua española en fenómenos como el Spanglish o la realidad bilingüe que se da en muchas ciudades de la patria de Whitman?
—La labor de la Academia Norteamericana de la Lengua española es gigantesca. Por una parte, preservar la lengua (el español), centro de nuestra identidad y comunión panhispanoamericana que va desde Alaska hasta la Patagonia, tratando de prevenir contaminaciones que vayan carcomiendo nuestra cultura y, por ende, el lenguaje español/castellano (el Americano, que invocaba Andrés Bello). Esto se hace dentro del entendimiento del que el idioma es un fenómeno vivo y vital, dinámico, sujeto a cambios, mutaciones. De allí que entre las preocupaciones lexicográficas de la Academia, se den proyectos de Diccionarios de Hispanoamericanismos en los Estados Unidos, Diccionarios de Términos Equívocos y otros proyectos similares, además de programas de difusión de la literatura escrita en español en los Estados Unidos y sus figuras, como los libros sobre Odón Betanzos Palacios, los escritores españoles en los Estados Unidos y el libro con que me honró relacionado con mi poética "El cuerpo y la letra". Al mismo tiempo la Academia ha firmado un acuerdo con el Gobierno para el asesoramiento en el uso del español en documentos y escritos oficiales y, por ejemplo, participó ampliamente en la reciente publicación por parte del Instituto Cervantes y la Editorial Santillana de la Enciclopedia del Español de los Estados Unidos, en la que he colaborado con entusiasmo y cuya presentación organicé el año pasado en la Biblioteca del Congreso, con la convicción de un visionario Tomas Jefferson que le envía un Diccionario de Español a su sobrino diciéndole: "La lengua española. Préstale mucha atención y procura conocerla en detalle. A causa de nuestras relaciones venideras con España y la América hispánica esa lengua llegará a ser una adquisición de mucho provecho. La historia de gran parte de América se ha escrito en ese idioma. Te envío un diccionario".
—¿Como ves el fenómeno de la literatura escrita por autores latinoamericanos o norteamericanos de ascendencia latina, más precisamente el éxito de Roberto Bolaño en Estados Unidos con su novela 2666 y el premio Pulitzer entregado a Junot Díaz el 2008 ¿Se podría hablar de un auge de nuestra literatura en tierra del tío Sam?
—Entusiasmado y lleno de futuro. No me sorprende por la presencia cada vez más significativa de una población hispana en los EE.UU, que supera ya los 50 millones de hispanoparlantes. También, de más relevancia, debido al creciente interés por el estudio de la literatura española e hispanoamericana a nivel de bachillerato y universidades. Al dominicano Junot Díaz que crece en New Jersey lo precedió en el prestigioso premio Pulitzer Oscar Hijuelos que escribió el prólogo de mi antología bilingüe recientemente publicada "Difficult beauty". La obra de Roberto Bolaño, parafraseando una de sus citas, muestra que la literatura del siglo XXI pertenece a unos pocos de nuestros hermanos de sangre. Así sucedió con su obra póstuma 2006 que recibió en el año 2008 el prestigioso reconocimiento de Libro Nacional por el Círculo de críticos (National Book Critics Circle Award). Este interés y reconocimientos, si bien aún marginales, lo corrobora la presencia de libros en español en la Feria del libro de los Estados Unidos en Español que se está llevando a cabo en Nueva York durante estos días. Según el ICEX, Estados Unidos se ha convertido en uno de los destinos más importantes de libros en español en todo el continente americano. Un consuelo precario en la continua pérdida generalizada de lectores y afición por la lectura.
—¿En el epílogo a La desnudez del asombro tú último poemario, dices: "La verdadera literatura se alimenta de la incertidumbre" ¿Puedes explicarnos el significado de ese párrafo?
—Lo insinúo en compañía de Kafka, Beckett, la fantasía de Jorge Luis Borges y la sabiduría de los antiguos maestros en su continua búsqueda. La poesía es una búsqueda. Si supiésemos el final de la trama, ella carecería de sentido. Si hay certidumbre no cabe la posibilidad de aprender o de explicar, del intento o interés por conocer. Escribimos para entender, para entendernos, también digo en el epílogo del libro parafraseando un diálogo entre Paul Auster y Eloy Tomás Martínez. Contradiciendo a Roberto Juarroz sostengo que toda pregunta es una esperanza y toda respuesta dogmática puede encerrar un fracaso, más allá de las posibilidades poéticas de una metafísica del silencio. La literatura es un esbozo en el intento, muchas veces fallido, de descifrar enigmas, parodiar interrogantes, expresar misterios, en una ausencia de anclajes, transitoriedad en el mapa de las emociones.
—¿En la desnudez del asombro veo un dialogo interesante entre el lirismo de los clásicos y cierto coloquialismo contemporáneo ¿Tú sigues esta tradición latinoamericana de fundir el lenguaje culto con el popular?
—La profesora Kathleen O'Connor-Bater se ha referido a mi poética como neo-modernista. Creo que pasamos por el coloquialismo de las vanguardias y las alteridades post-modernistas a reencarnar el lirismo y cierta figuras y figuraciones de forma y fondo de los clásicos, de nuestros clásicos, en ese reencuentro que le hace decir, por ejemplo, a un Jorge Luis Borges de Rubén Darío "Quienes alguna vez lo combatimos comprendemos hoy que lo continuamos. Lo podemos llamar liberador". Recuerdo el primer libro de poesía que tuve: una antología de César Vallejo y mi acercamiento a unos de mis poetas americanos preferidos, Williams Carlos William. Un poeta es poeta de muchos poetas; me honra y fascina esa misteriosa comunión, que se refleja en la forma (lirismo/coloquialismos) como en la mezcla fertilizante entre el lenguaje culto y el popular.
—¿Cual es la poética que desarrollas en La Desnudez Del Asombro?
—Creo que es la poética de compromiso, rebelde, de nostalgia, desarraigo y testimonio que caracteriza a la literatura escrita en español en los Estados Unidos. Trato de decir lo mío, pero desde el pueblo que soy y del que formo parte con todas mis raíces, la América Latina hispana que vive y configura los Estados Unidos. Como dijo nuestro querido poeta Mario Benedetti a través de los poemas pasa la historia de nuestros pueblos. Para mí el poema revela el inconsciente universal en solidaridad con el mundo que es el individuo dentro de ese pueblo desde donde sale su voz, aún en silencio. Siempre sostuve que la poesía nace del asombro, la inconformidad, del compromiso que hacemos con nuestro tiempo y espacio, presencia y testimonio desde las raíces que nos habitan, nuestra historia, el alma de nuestros pueblos. De allí que este poemario recoja íconos, mitos, citas bíblicas, tradiciones y experiencias, para formular un imaginario de cuestionamiento de apariencias, de asombro, a partir de epigramas de Nietzsche y la centralidad de lo asombroso.
—Creo que la nostalgia es un signo de identidad del escritor latinoamericano que reside en el exterior ¿Se podría decir que la nostalgia no solo del país, sino de la lengua está presente en La desnudez del Asombro?
—La lengua es el anclaje en esta estadía en la soledad en donde reside el escritor latino/hispanoamericano fuera de su país de origen, de nacimiento, de raíz política y cultural. Los críticos han señalando que en este transtierro/destierro/exilio/diáspora o como quiera llamársela, el aferramiento a un cuerpo físico, o de recuerdos, o en el amor, al cuerpo de la familia, de los padres de los ancestros, del país, del pueblo, o a un cuerpo idiomático es característico e identitario de su escritura. Como Vallejo mitigaba su desarraigo con el aferramiento a la piedra de sus referentes andinos, el mío en La desnudez del asombro, como en todos los poemarios y la lucha de cada día, ha sido efectivamente a la Lengua, que nos une, nos permite comunicarnos y nos identifica dentro de nuestro panamericanismo. Es un modo de luchar contra la nostalgia, la pérdida, el discurso de la derrota frente al hegemonismo del discurso dominante, la opacidad confusa de las identidades impuestas, manipuladas. La lengua de algún modo centro ante la marginalización. La lengua, en fin, frente a la nostalgia, afirmación o, mejor aún, reafirmación.
[Luis Ambroggio, poeta]
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