INDULTO POR FE‏

Por: Orlando Alcántara Fernández (Orly)

La Reforma Protestante se inició en Lutero gracias al redescubrimiento de la doctrina de la justificación por fe en Romanos 1:17 y otros versículos similares como Efesios 2:8-10, en que se nos proclama que la salvación es por gracia mediante la fe. Ahora quiero sugerir que en vez de “la justificación por fe” pensemos en “el indulto por fe”. Esto significa llevar a un extremo esta valiosa doctrina y nos proporciona mayor deslumbramiento en las maravillas de Dios al darnos cuenta de que somos indultados por fe de nuestros pecados.

La doctrina de la Gracia es maravillosa y va acompañada de la doctrina de nuestra identidad en Jesucristo. Esto quiere decir que somos aceptados por Dios no de acuerdo a lo que “hacemos”, sino de acuerdo a lo que “somos” en Su amado Hijo Jesucristo. Es decir, la justicia de Jesucristo nos es imputada según II Corintios 5:21 y Filipenses 3:9, entre otros versículos que lo expresan de modo implícito.

Somos declarados justos porque creemos y confiamos en Jesucristo. En otras palabras, somos declaramos justos porque amamos a Jesús, Quien fue enviado por el Padre celestial para morir muerte de Cruz por nosotros. En eso consiste Su amor para nosotros. En Romanos 5:8 se nos dice que Jesucristo murió por nosotros cuando aún éramos pecadores y en I Juan 4:19 se nos dice que Dios nos amó primero. Todo esto nos debe llevar a amar a Dios en Jesucristo con todas nuestras fuerzas, toda nuestra mente, toda nuestra alma, todo nuestro corazón y todo nuestro ser.

En vez de juzgarnos por lo que hacemos, Dios nos declara justos por lo que somos en Cristo Jesús. Esta es nuestra verdadera identidad como cristianos. Y en esta justificación veo un indulto y un indulto por fe. Merecemos el Infierno, pero Dios nos da gracia, amor y misericordia porque hemos confiado en Su Hijo Jesucristo. Hemos sido perdonados. Hemos sido indultados por el Rey. Un juez justifica, pero un rey perdona. Dios como Rey del Universo nos indulta porque ejercemos fe en Jesucristo. Por eso quiero sugerir que en vez de pensar en “la justificación por fe” pensemos en “el indulto por fe” para que así nuestro amor a Dios en Jesucristo sea más abundante y explícito. ¡Amén!