Por Santo Domingo GuzmánEL SEIBO, (RD).-Fenomenal, extraordinaria, fantástica y no se cuantos calificativos más agregarle a la labor artística que viene desarrollando el artista plástico y escultor Luís Alberto Castillo.
Sus obras diseminadas por varios pueblos y provincias de la República Dominicana, se ha ganado el respeto de los más incisivos críticos de arte nacionales e internacionales.
Sobresalen entre ellas obras como la estatua del profesor Juan Bosch, erigida a instancias del ayuntamiento de La Romana, en el marco de la celebración del Centenario del nacimiento de éste prohombre de la historia dominicana.
Otras obras de importancia del escultor dominicano, se encuentran en pueblos como El Seibo y rinden honor a actividades culturales como son las corridas de toro que se llevan a cabo en ese pueblo, también obras que destacan la riquísima cultura dominicana, como los atabaleros de éste, su pueblo natal.
Castillo también destaca como artistas con obras a figuras mundiales, pero sin olvidarse de figuras históricas dominicana como doña Manuela Diez con su hijo pequeño, el prócer y Padre de la Patria Juan Pablo Duarte a quienes dedicó también una de sus esculturales obras en bronce.
Existen figuras dominicanas que han sido escogidas por su ardua labor a favor del pueblo dominicano, por lo que Castillo le ha dedicado busto en su memoria que hoy son exhibidos en plazas del país.
La ciudad de Higüey también goza de varias de sus obras con varias estatuas construidas en memoria de próceres dominicanos en dialogo, lo que da la idea de que también esta demarcación formó parte de la historia dominicana.
Y es precisamente lo que quiere dejar el artista con su obra, una impronta que diga a las futuras generaciones que hubo hombres que quisieron dejar huellas de las generaciones que le precedieron y con ello, contribuir con el señalado y bien sustentado dicho que reza “pueblo que no conoce su historia, está condenado a repetir sus errores”.
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