jueves, 8 de enero de 2009

El Fondo de los Hechos


Guzmán Fermín en el ojo de huracán

El mayor general Rafael Guillermo Guzmán Fermín, hombre de recia formación militar y descendiente de una familia, cuyo padre, el general ® Rafael Guillermo Guzmán Abreu fue uno de los jefes policiales de los fatídicos 12 años que muchos recuerdan con horror, se encuentra en estos momentos en el “ojo del huracán”.

Y no es para menos, pues en menos de un mes han caído en supuestos intercambios de disparos, más de diez personas a quienes se les ha sindicado como delincuentes y tres de los cuales, se dice eran conductores de rutas pertenecientes a la Federación de Transporte la Nueva Opción (FENATRANO).

Hay que recordar que cuando el policía en cuestión, se le nombró Jefe de la Policía, venía de comandar la zona de San Francisco de Macorís donde se le acusaba de aplicar la “ley de fuga”, por lo que algunas organizaciones, hasta llegaron a expresar su preocupación por la designación.

Pese a que, soy de opinión que el presidente Fernández no va a mover en estos momentos a ningún funcionario y mucho menos cuando no existe un puesto donde pueda ser designado el recio policía, pues recordemos que el presidente no gusta de cancelar a sus hombres, sin designarlo en otro lugar.

Ahí está el caso del mayor general Bernardo Santana Páez, que fue separado del cargo, pero nombrado Asesor Policial del Poder Ejecutivo, el caso del actual director General de Migración, mayor general José Aníbal Sanz Jiminián y también el caso del actual Director Ejecutivo de la Autoridad Portuaria Dominicana, mayor general Manuel de Jesús Pérez Sanchez, todos ex jefes de la Policía Nacional en los gobiernos de Fernández.

Esto me dice que pese a la fama ganada por el actual Jefe de la Policía, de la aplicación de la “Ley de Fuga”, que consiste en mandar a los supuestos delincuentes a escapar para luego dispararle para luego decir que fue un “intercambio” de disparos, “ley” aplicada en los 12 años señalados.

Ya veremos como se las ingenia el presidente Fernández, que hay que decir que posee la virtud de realizar hasta “milagros” recordando lo del indulto a la señora Miriam Lubrano de Castillo, quien padecía de una “profunda depresión” posterior a la Sentencia que la condenaba a cinco años y que mantenía desconcertado a un experimentado equipo de psiquiatras de la clínica Abel González, sin embargo, cuando supo lo del perdón presidencial, se “sanó” inmediatamente.

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