Por Gabriel Lorenzo
Tiempo pasado es tiempo deseado, esto es una verdad como una montaña, cuya pirámide no se le ve el fin. Para el 1975, ingresé al Banco Agrícola cuyo sueldo mensual era de $225.00, más una dieta que oscilaba en menos de doscientos pesos, para trabajar en Higüey, el programa era el Lunes a la oficina y de martes a sábado en el campo, pagando pasajes y a pie, los técnicos nunca dejábamos de ir al campo y de hacer el trabajo que se nos entregaba los Lunes, para ver veinte o treinta productores, los trabajos se hacían con honestidad y responsabilidad.
En cuanto a mi, nunca acepto ningún regalo, una vez, un ganadero que me paso un dinero y yo le dije que no; me dijo: “cójalo que así es que aquí se hace”, le conteste: “no señor, el Banco me paga para que yo haga su trabajo bien y usted califica”, durante mi estadía en el Banco Agrícola, nunca acepte prebendas y recuerdo que el alcalde de un paraje me dijo: “usted tiene conciencia, por que si usted aceptara todas las habichuelas que le regalan, usted juntara quintales”, le dije “es que no es necesario”, traigo esto a colación, por que se ha perdido la mística de trabajo, se ha perdido el orgullo a ser el mejor y se ha perdido el amor al trabajo aunque se les pague bien, aunque se les de medios de transporte y las mejores condiciones de trabajo, resulta casi imposible que el técnico conviva con los productores y tengo mis dudas si el Banco Agrícola, que es de las pocas instituciones que trabaja, si el técnico se preocupa por hacer el trabajo como debe ser, de manera correcta y justa y si realmente trata de que el campesino logre en su proyecto el mayor éxito.
Hoy por hoy, creo necesario darle mayores y mejores condiciones al técnico, pero el que no cumpla o no tenga la capacidad, la seriedad y la responsabilidad, debe ser excluido de la institución.
Es necesario reestablecer la disciplina, el respeto en las instituciones del Estado lo cual se ha perdido casi por completo, es necesario que existan y se den las condiciones para que el técnico realice sus actividades con entera satisfacción y que se vean los resultados, además que exista una supervisión real y efectiva para que en cada peso que invierta el estado se vean los resultados.
El autor es ingeniero agrónomo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Haga sus comentarios por favor.