miércoles, 1 de abril de 2009

'¿GORRFF CACZOX GURRCHZI ARC KACEDUS URA?'


Por Fredy Ramón Pacheco
Fuente: poetasdelmundo.com

VENEZUELA: Por enésima vez ésta preocupación, que pareciera ya una interrogante prehistórica del hombre: '¿GORRFF CACZOX GURRCHZI ARC KACEDUS URA?', que traducido por los estudiosos del lenguaje antiguo quiere decir: Para quë carajos escribo, en castellano; Para qué hijo de puta pierdo tiempo en éstas babosadas [en centroamericano]; Pa´que coñodelamadre escribo estas mariqueras, [en venezolano]... y así cada región tiene su nombre y en todas, los escritores se hacen esta pregunta algún día de esos cuando amanecen sin gas o sin frijoles y tienen al frente en su compu al Rey Word haciéndoles un guiño.... o en alguna noche de 'esas', las mías de parranda eterna con la Luna, esa puta gitana de señorío cuando se abre las enaguas, baja sus calzones y zapatea en mi cuerpo una copla apasionada, o cuando miramos al techo descolorido y mohoso de una celda conyugal.

La poeta Marianela le puso un nombre mas original y contundente a su discusión: 'Los escritores y el dinero: la moneda indecente'. Yo tercié en su planteamiento muy exquisito, como puñal recién desenvainado, y decidí traerme aquí el tema, pero dándole un giro más vulgar, que es como yo veo la vida, hasta que la muerte me demuestre lo contrario. Estas fueron mis palabras, ustedes pongan las suyas, o dejan el rotulito clásico 'Sin Palabras', que dejan los mejores escritores de todas las épocas.

Jorge Majfud, el más cercano de los moderadores sobre el tema nos dice:
'Estoy seguro que muchas veces habrán escuchado esa demoledora inquisición: «¿Bueno, y para qué sirve la literatura?», casi siempre en boca de algún pragmático hombre de negocios; o, peor, de algún Goering de turno, de esos semidioses que siempre esperan agazapados en los rincones de la historia, para en los momentos de mayor debilidad salvar a la patria y a la humanidad quemando libros y enseñando a ser hombres a los hombres. Y si uno es escritor, palo, ya que nada peor para una persona con complejos de inferioridad que la presencia cercana de alguien que escribe. Porque si bien es cierto que nuestro financial time ha hecho de la mayor parte de la literatura una competencia odiosa con la industria del divertimento, todavía queda en el inconsciente colectivo la idea de que un escritor es un subversivo, un aprendiz de brujo que anda por aquí y por allá metiendo el dedo en la llaga, diciendo inconveniencias, molestando como un niño travieso a la hora de la siesta. Y si algún valor tiene, de hecho lo es. ¿No ha sido ésa, acaso, la misión más profunda de toda la literatura de los últimos quinientos años? Por no remontarme a los antiguos griegos, ya a esta altura inalcanzables por un espíritu humano que, como un perro, finalmente se ha cansado de correr detrás del auto de su amo y ahora se deja arrastrar por la soga que lo une por el pescuezo...'

¿Para qué sirve la literatura? le preguntaron a José Saramago en 1997, dos años antes de ser Premio Nobel, y contestó: 'Para nada'. Sin embargo nosotros sabemos que sirve 'para nosotros' y cuando nos referimos a nosotros, sucintamente el subconsciente nos guiña que hablamos del espíritu, algo abstracto, como el alma, pero convenientemente aceptados subjetivismos para justificarle algún destino a la reincidencia de lo inútil, o a la ilusión de nuestra vida. Pero ahí seguimos: Creyendo en las Letras, incluso dándole mayúscula certificación a un sustento común. Escribiéndolas o...tecleándolas para que sean leídas hoy por los que no leen, o los que precariamente abren un libro de pasta y papel con olor a vino y sabiduría impresa, después de que el clap clap clap del artesano grabó sus huellas de sudor y tinta. Hoy en el nuevo camino electrónico seguimos dejando las yemas casi plásticas sobre el piano reducido de la laptop, con el ferviente deseo [calidad eterna en nuestro humano ser] de ser 'escuchados' por el otro ser. Así que mientras los sentidos sigan expresándose en códices, aún incomprensibles, ilegibles, abstractos, habrá vida después de la vida [aunque te parezca slogan]. Bien por Paniagua no mortificarse mas por ser editado. Además es una decisión honorable de ser libre. Ser él mismo, porque 'ser editado' es ser cercenado por la opinión, concepción literaturienta de cualquier imbecil que se mete al negocio de coartarle la libertad de expresión al espíritu humano, y contabilizar luego su 'indecente moneda' en función a los ingenuos que leyeron lo 'ya editado', las verdades disfrazadas por el cosmético de esas mentes mercantiles, que bien pudieron estar vendiendo calabazas podridas envueltas en Papel de Aluminio Reinold´s; y el 'lector' hasta creyó en la pureza de lo escrito. No debía ser preocupación para nadie que un Funcionario Público no sepa leer ni escribir, menos que vea con indiferencia las joyas humanas que tiene frente a sus ojos. Los funcionarios públicos, por la Ley de Newton son todos chatos culturales, mientras sirvan a su gobernante de turno.

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