Por Marcial Báez
Estas consideraciones fueron escritas cuando fue puesta a circular la obra literaria la “Fiesta del Chivo” en nuestro país con la presencia de su autor Mario Vargas Llosa, en el año 2000.
A los amantes de la literatura, quienes crecieron espiritualmente con la idea de que la misma era una sustentación del desarrollo central de los pueblos, el acercamiento y la hermandad de los mismos, y que los artífices de la palabra escrita eran los guardianes de la utilización correcta del lenguaje, estaremos siempre preocupados por las situaciones creadas. Especialmente en este caso particular, tendremos en cuenta de que nuestra trayectoria literaria es la sumatoria de intereses que se reflejan en los deseos de superación del oficio de noveles escritores que, mediante la madurez y profesionalización de sus obras, aportan a la literatura nacional una expresión digna y a la vez a la altura de países hermanos y por qué no, de todo el mundo.
Entonces, es necesaria la crítica constructiva que dará lugar a múltiples debates y a aplaudir, al margen de los escritos sobre el tema, la justa valoración de las interesantes obras literarias que han aportado algunos de nuestros escritores, que constituyen una muestra representativa de la Literatura Dominicana allende los mares.
El más reciente acontecimiento literario ocurrido en nuestro país es la puesta en circulación del libro “ LA FIESTA DEL CHIVO del laureado escritor Mario Vargas Llosa y del cual he leído muchas de sus obras, siendo un admirador de su particular estilo y destreza.
Esto, nos ha permitido dilucidar varios descuidos estructurales y de lógica en su creación literaria, así como el uso desmesurado de diminutivos en tan controversial volumen, lo que constituye un vicio que debería ser evitado.
Y como lo aseveran los manuales escritos sobre su empleo y definición, “ este vocablo gramatical que amengua o da un tono de afección a la significación del positivo del que procede, es muy utilizado en el lenguaje familiar o infantil, no así en el técnico o científico”.
A partir de este conocimiento mi primera experiencia en detectar el uso de diminutivos fue en la lectura de escritores noveles en el oficio y que incurrieron en la utilización de los mismos; pero tratándose de Mario Vargas Llosa, quien ha sido laureado varias veces por obras como: LA CASA VERDE, LA CIUDAD Y LOS PERROS, CONVERSACIÓN EN LA CATEDRAL y muchas más, lo que lo consagran como un escritor entregado por completo a su oficio. La utilización en demasía de los mismos por el autor merece una explicación.
Su reciente ejemplar, “LA FIESTA DEL CHIVO”, está lleno de diminutivos desde el principio hasta el fin. Esto nos permite señalar algunas incorrecciones, las cuales no han sido mencionadas en los múltiples comentarios a esta publicitada y sobredimensionada obra, que trata sobre la Era de Trujillo y por qué no, cuestionar la calidad de la misma a partir de la verdadera intención del autor, al publicitarla subestimando la profesionalidad y anteponiendo las ganancias económicas que esta generaría, pasando por alto una corrección acertada, dando la impresión de que fue escrita por otro.
Para un mejor entendimiento de este trabajo, clasificamos las incorrecciones de la siguiente manera: A) Diminutivos, B)Redundancia viciosa, C) Diminutivos de nombres propios, D) Palabras cuyo significado es también disminución de las cosas u objeto de referencia, E) Párrafos que se repiten, F) Expresiones ilógicas.
A) DIMINUTIVOS. Vargas Llosa utilizó 260, que repetidos en toda la obra suman un total de 514:
Ahorritos, Página 285-Línea 5; angelito, P110-L24; antojitos, P330-L6; añitos (5veces), P135-L16, P146-L127, P379-L6, P44-L1; apretadito, P526-L4; arrugaditas, P234-L30; asuntito, P474-L2; bajitos (2v)P75-L20, P390-L4, P400-L18; baldecito, P335-L26; balconcito (2v), P28-L6, P277-26; banderitas, P320-L18; barriguita (2v), P85-L16; , P447-L17; barrita, P358-L; beatito, P110-L24; besito, P75-L25; bigotillo, P42-L20; bigotito, (10v) P58-L29, P126-L25, P136-L24, P302-L3, P303-L27, P333-L6, P459-L1, P135-L14; bolsita, P409-L27; bonita (2v), P72-L24; brinquito (2v), P205-L21, P217-L21; bonito, P36-L15; bonitos, P357-L24, boquita (5v), P25-L32, P79-L4, P257-L9, P379-L8; bracito, P712-L24; brinquito, (2v) P137-L11, P250-L1; brutito (3v), P143-L31, P149-L31, P149-L9, P153-L12; cabecita (3v), P16-L31, P365-L7, P399-L14; caldito, P38-L14; calditos, (2v), P83-L22, P384-L5; calorcito, P390-L33; calvito, P66-L11; calzoncito(2v), P525-L10, P525-L12; caimito, P27-L33; camisita, P286-L19; canita, P148-L1; carita (7v), P145-L18, P179-L28, P233-L6, P301-L21, P316-L25, P484-L13, P497-L29; carreritas, P372-L19; cartita, P256-L28; cartitas, P145-L6; casita, (14v), P22-L17, P27-L19, P372-L29, P69-L3, P70-L10, P150-L27, P155-L10, P285-L4, P293-L12, P302-L12, P74-L26, P399-L9, P404-L25, P444-L1; casitas, P277-L12; callecita, P205-L27; callecitas, P277-L11; ; clarito, P261-L14; colita, P399-L2; coñito, (4v), P250-L15, P256-L2, P526-L21, PP526-L27; coñitos, PP526-L21; copita, P520-L15; copitas (2v), P279-LL1, P418-L31, cortinilla, P360-L18; cadenillas (3v)P45-L16, P258-L29, P533-L1; cuadrito, P281-L25; cuadritos, P265-L25; cuartito (7v), PP149-L15, P356-L1, P359-L9, P205-L6, P405-L2, P450-L3, P507-L11; cuartitos, P27-L6; cubitos, (3v), P62-L9, P356-L31, P516-L11; corazoncitos (2v), P17-L1, P139-L14; collarcito, P519-L6; cuerpecillo, (2v), PP72-L27, P379-L14; cuerpecito (2v), P505-L5, P536-L14; cuerpito, P397-L20; cuidadito, P628-L6; cucharadita, P83-L19; cuñadito, P142-L29: culebrita, P270-L12; curitas, P8-L19; chiquilina, P513-L18; chiquilla, P351-L30; chiquillo, P(6v), P75-L18, P141-L1, P387-L9, P513-L18, P519-L10, P536-L25; chiquillos, P282-L25; chiquita (2v, P201-L24; delgadita, P370-L28; derechito, P67-L26; despacito (2v), P158-L22, P360-L29; doctorcito, P304-L14; doncellita, P522-L13; doncellitas, P528-L5; empleíto, P211-L3; enanita, P381-L31; equipito, P164-l18; escalerilla (2v), P454-L12, P474-L22; españolita (ev), P137-L32, P454-L16, P474-L14; esqueletito (2v), P319-L16, P380-L33; espejitos, P42-L12; estatuillas, P522-l1; fachita, P296-L22; feíto (2v), P143-L312, P149-L9; figurita (4v), P234-L12, P286-L28, P314-L14, P396-L28; figurilla (2v), P232-L20, P431-L14; finito, P352-L31; finquita (5v), P177-L20, P241-L30, P370-L22, P370-28, P171-L22; flaquita, P34-L1; florecillas, P26-L14; frasquito, P278-L2; fresquita, P222-L13; fresquito, P278-L14; garita, P60-L16; generalito, P396-L15; golpecillos, P177-L12; gordita, P202-L4; gotitas (2v), p196-L18, P532-L28;
B) REDUNDANCIA VICIOSA. Ejemplo: “Las diminutas manitas” (página 83, línea4); “mínima figurilla”( P232, L20); “ La figurita pequeña “ ( P286-L28); “ El minúsculo hombrecillo” ( P300, L14 ); “ diminuto doctorcito “ ( P304, L14); “ pequeña bolsita “ ( P409, L27) y “ su manita minúscula” ( P478, L8).
C) DIMINUTIVOS DE NOMBRES PROPIOS. Utilizó 31, que repetidos en toda la obra suman un total de 416: Amadito (106)... Uranita (47).
D) PALABRAS CUYO SIGNIFICADO ES TAMBIEN DISMINUCIÓN DE LA COSA U OBJETO DE DEFERENCIA. Utilizó 32, que repetidos en toda la obra suman un total de 94: Diminuto, P265-L131... reducida (2v), P88-L19, P306-L30.
E) PARRAFOS QUE SE REPITEN:
-“Ah, Monseñor, mire quien está aquí, el secretario de las Fuerzas Armadas, general José René Román Fernández hizo las presentaciones viene a reiterarle el pesar de la autoridad militar por el lamentable malentendido. Página 433, desde la líneas 9”.
-“Ah, monseñor, mire quien está aquí”. Efusivo, agradeció al ministro de las Fuerzas Armadas que viniera a presentar excusas, en nombre de la institución militar, al señor obispo de San Juan de la Maguana por el malentendido de que había sido victima. Página 470, desde la Línea 19.
Estos mismos conceptos, casi con las mismas palabras se repiten en ( Página 232, desde la línea 20; P303, desde la L1) y ( P429, desde L29 y P467 desde L13 ).
F) EXPRESIONES ILÓGICAS:
“ Está esperando que asome el mar por la ventana de su cuarto, en el noveno piso del hotel Jaragua, y por fin lo ve”. Página 15, desde la Linea19.
El mar siempre permanece en su lugar, nunca se asomará a nada ni a ningún lugar como si se tratara de un objeto.
“A cuatro patas”. Página 414, Línea 18. Expresión correcta: En cuatro patas.
“Los cristales de la araña encendida”. Página 97, Línea 21. Cuando debería decirse: “ Las luces encendidas de la araña de cristal”.
“Mojándose los labios con una puntita de la lengua”. Página 128, Línea 27. Expresión correcta: mojándose los labios con la puntita de la lengua.
Las letras dominicanas avanzan hacia el espacio que se merecen, sustentado en la calidad temática y estructural de los libros de nuestros creadores, así como en los excelentes diseños de sus ediciones. Existen obras de autores dominicanos sobre la Era de Trujillo, realizadas con mucha dignidad, como son: BIOGRAFIA DE SOMBRA CASTAÑEDA y UÑA Y CARNE Marcio Veloz Maggiolo, LA BALADA DE ALFONSINA BAIRAN, de Andrés L. Mateo, EL PERSONERO de Efraín Castillo, JURO QUE SABRE VENGARME de Holguín Veras, BIENVENIDA Y LA NOCHE de Manuel Rueda, EN EL TIEMPO DE LAS MARIOPOSAS de Julia Alvarez y TARTUFO Y LAS ORQUÍDEAS de Diógenes Valdez, esta última alcanza imágenes que pueden ser llevadas al cine, pues posee un cúmulo de sensaciones en las que se refleja el lector o espectador, tras la búsqueda de su identidad. Esta fue comentada y recomendada por una de las glorias nacionales, Manuel Rueda, considerándola “una obra de excepcional interés para el reconocimiento de nuestra historia más reciente y de nuestra peculiar idiosincrasia”.
Agradecemos a Vargas Llosa, que el nombre de la ciudad de San Cristóbal sea citado varias veces, aunque entendemos que debió investigar más sobre la misma, ya que su importancia en la obra exigía una descripción más acabada, mencionando las industrias que existían como la textil, del azúcar, del vidrio y de armas, en esta última se fabricaban las carabinas Cristóbal 7mm y no metralletas, como cita el autor en la página 335, línea 20; también debió decir que es la ciudad benemérita por haberse firmado aquí la primera Constitución de la República y que posee las primicias de que se construyó la primera represa de agua de manera artificial ( el balneario La Toma) y se procesó la caña de azúcar, en el ingenio Diego Caballero.
La tan esperada obra literaria LA FIESTA DEL CHIVO, puesta a circular con todo el boato y sensacionalismo que merece su afamado autor, nos desilusiona al término de su lectura; por tanto recomendamos las obras dominicanas antes mencionadas y llamamos a la reflexión a editores, críticos e intelectuales que organizaron y respaldaron tan lucido evento para que con el mismo entusiasmo traten de impulsarlas a nivel internacional, contribuyendo a la creación de un boon de la novela dominicana, lo que despertaría un mayor interés por la literatura dominicana contemporánea y por consiguiente, el desarrollo de noveles escritores en toda la geografía nacional, para no perder las esperanzas y no tener que repetir de generación en generación las palabras del laureado poeta José Mármol: “Y claro que hay muchos de ellos en disposición de brindar orientaciones a las jóvenes promociones literarias. Yo creo en la sabiduría que prohija saber escuchar a los mayores. Pero ellos están, salvo raras excepciones muy preocupados en cosechar vivos su propia fama, como para dedicar parte de sus días a los jóvenes. De ahí que esté convencido de que tendremos que arar con nuestros propios bueyes y que de nuestros propios brazos depende atravesar el río revuelto”.
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