Por Gorka Andraka | © Rebelion
Fuente: mediaIsla, Boletín 1118
Ojalá fuera esta misma noche. El planeta fundido, a oscuras. Y las estrellas, por los suelos. "El amor enciende el corazón y apaga la luz", cuenta el escritor mexicano Guillermo Sampeiro. Ojalá fuera esta misma noche. La prueba de amor definitiva. Un mundo sí, de luces humanas.
La consigna es clara, luminosa: apagar para prender. Frente a la amenaza del cambio climático, el Fondo Mundial para la Naturaleza propone desenchufar la Tierra durante una hora. Esta noche, entre las 20.30 y las 21.30 horas, "La Hora del Planeta", más de 2.400 ciudades de 82 países y un sinfín de personas se sumergirán en la oscuridad para tratar de alumbrar un futuro juntos.
Ojalá fuera esta noche la más aciaga y profunda de toda nuestra historia. Una noche absoluta para que podamos vernos como nunca. "Luciérnagas llamando a luciérnagas… para unirse. Una llamada de luz, una expresión luminosa del deseo animal. Todo un signo para quienes puedan entenderlo. Todo un regalo en forma de sentido. Emitimos luz para llamar al otro. No es como el animal que se adorna de colores y plumas para reflejar la luz del sol del día, sino la emisión de una vibración luminosa e intensa que surge del más recóndito rincón interior, de un verde que sólo puede significar la resurrección de la vida en la noche, el renacimiento de la luz en la húmeda penumbra del jardín… somos como las luciérnagas de junio… llamando con toda nuestra energía", predica Hashim Ibrahim, artista y pensador sevillano. Miles de millones de pequeñas lumbres. Ardientes. Brillantes. Vivas.
Negro. Todo negro. La hora de la verdad. La hora de las luciérnagas. Ojalá sea esta noche la que nos encienda.
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