(I Corintios 6:20)
A Taty H.
Por Orlando Alcantara Fernandez (Orly)
Quiero ser inagotable
Como el perfil de tu pecho
Matizado por tu sonrisa
Que arde a nardos y amapolas,
Alondra de mis raíces y mis días.
Túmbame despacio
En el palomar de tu arco iris
Para ser inagotable como la aurora,
Esa risueña pendenciera de la noche,
Esa desencajada madre de las mañanas,
Las auroras más dulces de mi vida.
Desentronízame con tu mirada de estío
Y sé irreverente como todos mis meta-poemas
Para que no se diga que eres rosa,
Siendo trajín y aleteo pertinaz en lontanza.
Quiero ser inagotable,
Diva de mis más suculentos atardeceres,
Y te avizoro pionera y fundadora,
Matriz encarnizada y truculenta.
Cálmame, apacíguame,
Inquiétame, desvélame,
Toma mis riendas sueltas
Y desembócame en tus llamas pletóricas.
Que Neruda calle para siempre
Y yo así tome su lugar incólume.
Quiero ser inagotable y tuyo,
Decisoriamente tuyo inagotable,
Inagotablemente tuyo decisorio.
Desenlázame el alma
Y libérame el espíritu
Que mi cuerpo sabe de otredades
Y tú persigues mi aura
Como columpio o tobogán.
¿Quién diría que ya soy tuyo
En esa mirada enhiesta
Que desbordan tus pupilas
En las córneas parpadeantes,
En el iris pestañeando,
En tus ojos divinos míos?
¡Perdón! He dicho “míos”
Y nada me pertenece.
Soy sólo tuyo,
Tuyo como un petardo encendido.
Tuyo como un preámbulo inédito
Que ya quiere ser epitafio o epílogo.
Tuyo en technicolor o cinemascope,
O en pantalla plana o plasma.
Quiero ser inagotable
En la Vida Eterna Cristiana
Para que Cristo nunca me falte
Cuando a ti me asome
Y te vea primigenia y desbordada,
Audaz y con todo tu donaire,
Entrañable y desconcertante.
Que este meta-poema sirva de testigo
De mis cuitas indeclinables de subterfugios,
De añoranzas, palomares y flores.
Que se te erice la tez desprevenida
Y tu mariposa vuele lejos en periplo extático
Y retorne pronto al mismísimo centro
De este amor entrañable que vive adentro.
Quiero ser inagotable, mujer mía,
Mía, sí, mía, mía por siempre.
Ya quiero poseer tu cáliz
Y sin querer ya lo poseo.
Ahora somos tuyo y mío,
Mío y tuyo: una carne
En dos cuerpos amánticos y gráciles.
Dame el amor que le has negado al mundo
Y yo sabré amar al mundo
Con todo tu amor desbordado desbordándose.
Quiero ser inagotable
En la silueta de tu mirada
Y desandar periplos inusitados,
Y recorrer caminatas inexistentes,
Y volver a ti como extenuado.
Quiéreme así siempre:
Inagotable y genésico: pleno.
Quiéreme así siempre:
Inagotable y cosmopolita: cierto.
Quiéreme así siempre:
Inagotable y sideral: ignoto.
Cósmico y visionario: tránsito;
Vidente y profeta: hóndico.
Yo simplemente te quiero inagotable,
Columpiándote en mis entrañas,
Verdaderamente inagotable y abarcante,
Decididamente mía y amántica.
Quiero ser inagotable
Y tu sonrisa corona tu mirada
Con un laurel de espigas marinas,
Y ya soy inagotable sin darme cuenta
Cuando me dices quedamente
En cuatro letras: T, D, C, O:
“¡Quiero ser tuyo!
¡Ámame! ¡Ámame siempre, sueño!”
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