sábado, 14 de marzo de 2009

Inagotable


(I Corintios 6:20)

A Taty H.


Por Orlando Alcantara Fernandez (Orly)


Quiero ser inagotable

Como el perfil de tu pecho

Matizado por tu sonrisa

Que arde a nardos y amapolas,

Alondra de mis raíces y mis días.

Túmbame despacio

En el palomar de tu arco iris

Para ser inagotable como la aurora,

Esa risueña pendenciera de la noche,

Esa desencajada madre de las mañanas,

Las auroras más dulces de mi vida.

Desentronízame con tu mirada de estío

Y sé irreverente como todos mis meta-poemas

Para que no se diga que eres rosa,

Siendo trajín y aleteo pertinaz en lontanza.

Quiero ser inagotable,

Diva de mis más suculentos atardeceres,

Y te avizoro pionera y fundadora,

Matriz encarnizada y truculenta.

Cálmame, apacíguame,

Inquiétame, desvélame,

Toma mis riendas sueltas

Y desembócame en tus llamas pletóricas.

Que Neruda calle para siempre

Y yo así tome su lugar incólume.

Quiero ser inagotable y tuyo,

Decisoriamente tuyo inagotable,

Inagotablemente tuyo decisorio.

Desenlázame el alma

Y libérame el espíritu

Que mi cuerpo sabe de otredades

Y tú persigues mi aura

Como columpio o tobogán.

¿Quién diría que ya soy tuyo

En esa mirada enhiesta

Que desbordan tus pupilas

En las córneas parpadeantes,

En el iris pestañeando,

En tus ojos divinos míos?

¡Perdón! He dicho “míos”

Y nada me pertenece.

Soy sólo tuyo,

Tuyo como un petardo encendido.

Tuyo como un preámbulo inédito

Que ya quiere ser epitafio o epílogo.

Tuyo en technicolor o cinemascope,

O en pantalla plana o plasma.

Quiero ser inagotable

En la Vida Eterna Cristiana

Para que Cristo nunca me falte

Cuando a ti me asome

Y te vea primigenia y desbordada,

Audaz y con todo tu donaire,

Entrañable y desconcertante.

Que este meta-poema sirva de testigo

De mis cuitas indeclinables de subterfugios,

De añoranzas, palomares y flores.

Que se te erice la tez desprevenida

Y tu mariposa vuele lejos en periplo extático

Y retorne pronto al mismísimo centro

De este amor entrañable que vive adentro.

Quiero ser inagotable, mujer mía,

Mía, sí, mía, mía por siempre.

Ya quiero poseer tu cáliz

Y sin querer ya lo poseo.

Ahora somos tuyo y mío,

Mío y tuyo: una carne

En dos cuerpos amánticos y gráciles.

Dame el amor que le has negado al mundo

Y yo sabré amar al mundo

Con todo tu amor desbordado desbordándose.

Quiero ser inagotable

En la silueta de tu mirada

Y desandar periplos inusitados,

Y recorrer caminatas inexistentes,

Y volver a ti como extenuado.

Quiéreme así siempre:

Inagotable y genésico: pleno.

Quiéreme así siempre:

Inagotable y cosmopolita: cierto.

Quiéreme así siempre:

Inagotable y sideral: ignoto.

Cósmico y visionario: tránsito;

Vidente y profeta: hóndico.

Yo simplemente te quiero inagotable,

Columpiándote en mis entrañas,

Verdaderamente inagotable y abarcante,

Decididamente mía y amántica.

Quiero ser inagotable

Y tu sonrisa corona tu mirada

Con un laurel de espigas marinas,

Y ya soy inagotable sin darme cuenta

Cuando me dices quedamente

En cuatro letras: T, D, C, O:

“¡Quiero ser tuyo!

¡Ámame! ¡Ámame siempre, sueño!”

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