UNA FELICITACIÒN CON MAYÙSCULAS

Por Armida Martin*

Fuente: poetasdelmundo.com

MEXICO: Al amigo, poeta y hombre sensible Luis ARIAS MANZO. Totalmente de acuerdo con los conceptos expresados en tu carta. Nos duele que haya personas que puedan decir de corazòn ciertas frases duras referidas a Palestina en esta situaciòn reciente, la cual por cierto, no ha concluìdo por completo [solo que està 'pasando de moda']. Nos duele, porque pensamos, creemos... ¡queremos creer!, que los que escribimos en este magnìfico foro, somos personas que andamos con nuestro corazòn en la mano, enderezando entuertos, o por lo menos, dejando por acà o por allà una palabra amable, un signo de generosa comprensiòn hacia los màs dèbiles y desafortunados de la tierra, que son millones, y que abundan en casos y acontecimientos, por uno y otro lado de este sufrido planeta.

Yò me he sentido decepcionada ¡y mucho!, leyendo ciertas cosas, pero haciendo acopio de la madurèz que se supone va una atesorando con los años, tambièn he aceptado que personas que escriben bellìsimo, pueden emitir conceptos o guardar en su corazòn sentimientos que no necesariamente estan de acuerdo con mi forma de pensar o ver la vida.

Tanto...¡mucho màs bièn!, tienen que ver el entorno, los conceptos familiares que suelen transmitirse en esas horas de sobremesa, que pràcticamente es el caldo de cultivo donde formamos nuestro pensamiento y sentir primario, lo demàs, la escuela, los amigos, poco pueden hacer para influirnos en contra de lo ya sembrado, especialmente si somos fuertes de caràcter, y, ademàs, si esa siembra fuè hecha en terreno propicio en concordancia de pensamientos y sentimientos propios.

Sigamos adelante, miremos hacia otros lugares donde tambièn sufren atropellos los màs dèbiles, pero si debemos, creo que es nuestro deber, apoyar cada vez que nos sea posible, las causas de la justicia, estar atentos a denunciar la soberbia y la codicia extremas que llevan a los hombres ciegos a cometer barbaridades contra los que no tienen voz.

La moderaciòn apasionada debe ser una bandera que enarbolemos siempre que nos sea posible, no sacando el dedo del renglòn, pero poniendo los ojos en quienes pueden necesitar ser defendidos, sin importar conque otras cosas no estemos de acuerdo que sucedan en ese u otro paìs.

Me da satisfacciòn ver en distintos foros, como muchos israelìes piden se les devuelvan las tierras a los palestinos, o como se expresan en televisiòn o en la prensa internacional, condenando las acciones recientes de su gobierno. Cientos de miles, con viejas amistades palestinas, sufrieron con las acciones polìtico-militares, y tal como nosotros allende los mares, sintieron la impotencia de no poder hacer nada màs que salir a la calle a protestar.